en la tierra que me vio nacer.
Y lo hice a conciencia, lo hice bien,
con una pala
cavando un gran hoyo
y nada me encontré.
Allí no estaban mis ancestros ni su fuerza,
ni sus malditas calaveras,
ni nada que se les pareciera.
Tras cavar bien hondo
(buscando mis raíces) sólo obtuve un agujero,
donde no me da la gana de caerme muerto.
jaja, me encanta sobre todo el colofón final!
ResponderEliminargracias Cris, me encanta encantarte
ResponderEliminar