11.17.2011

El mejor marino que he conocido


Fue entonces que dejó todo
se mudó a vivir a un barco
le tomaron por un loco
y en el puerto
amarró justo a mi lado.
El viento se levantó 
su melena se reía
(a carcajadas) y él con ella
¡si hasta olvidó arriar velas!
Cuando miró hacia las estrellas
fue incapaz de orientarse
perdido ante tanta belleza.
Esa misma noche 
noche de gran oleaje
fuerte noche de tormenta
soñó con un abordaje 
y se tiró por la borda.
Que nadando se marchaba
(me gritó ya desde lejos)
a rescatar a una princesa.
Fue el mejor marino
que sin duda he conocido
y nunca más le he vuelto a ver.

11.07.2011

Destinación

Un sólo sello
y me envié a pisar mis calles
con mi ciudad, con mi perro.
Pasé junto a la escuela de música para mis oídos,
una niña me atropelló a toda ostia
bici rosa, tablas al viento y grito en boca.
Pasé junto a cien mil idiomas en cien mil caras nuevas
de las que antes no se dejaban ver por aquí.
Vestían remera o abrigo,
todo dependía de cuando habían salido
de su casa hacia esta pasarela de variedad.
Pasé con presión junto a muchos bares,
casi caigo en el placer del pecado
y pensé en tirar piedras a mi propio tejado.
Pensé que no estaba entendiendo nada de nada
aunque tal vez nada había que entender
(suspiro y alivio). 
Pero me gustó tanto pisar, pasear.
Me gustó tanto comer mandarinas por mis calles,
recoger castañas y, en el mismo parque,
saludar al otoño que se caía de los árboles,
y sorprender en las ramas ya desnudas
los zapatos que se habían escondido en primavera.