Una mujer que se olvida de ser niña
esto es:
se adorna, se pinta,
se calza tacones,
se siente bonita,
se tuesta, se dora,
se pone hasta lazos,
corrige su aroma,
parece un regalo ....
... ¡pero que digo! ...
una mujer es el mejor regalo.
¿Y el hombre? ¡Ay, el hombre!
es sólo ese crío que impaciente
rompe y arranca el papel
sin pensar que hay tiempo,
sin tener cuidado.
Muerte roja
ResponderEliminarEscueto, rápido pero nada simple, lo has descrito perfectamente,me has hecho sonreír.
Un saludo :)
que buena Marcos. Me ha gustado muchísimo
ResponderEliminarBello poema, bella realidad, ¿qué sistema cruel intenta obligarnos a creer que no existen diferencias entre un hombre y una mujer?
ResponderEliminarhttp://enfugayremolino.blogspot.com
Gracias por la invitación, lo acompañaré como N 10
bienvenida Laura,
ResponderEliminary vivan las diferencias!!