Siempre hay luces
con las que hacer el camino
y mejillas con purpurina que nos guían;
flashes,
destellos en el glaciar y brillos varios
que ayudan en desagradables tareas
como concentrarse en los estudios o estudiar todo el verano
o como un verano lluvioso y reventón.
Así no hay quien se ponga moreno,
no hay marino,
no hay champán,
no hay golden boy,
sólo el chico más pálido de la playa y lo sabes ....
¡Si que lo sabes, si!
con los dos navegas a buen puerto,
pero tan bien está un loco invierno
con calcetines de lana,
como un sano verano
de sudores y abanicos.
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