5.09.2011

Margarita

Lo que sigue me lo ladró mi perro
que mira mucho por la ventana
porque no le gusta la tele.
En el canalón de la vecina azotea,
en la última trinchera,
resiste bien armada con su tallo y una hoja,
con un escudo y su lanza,
con su flor bien alta,
la última margarita del verano.
Sorteó heladas y temporales,
bombardeos y contraataques,
bailó con las embestidas del viento,
con lluvia a raudales,
y ahí estaba hasta esta mañana.
Esta mañana cuando se puso a ladrar a gritos mi perro,
aquella temeraria flor no pudo evitar al fontanero
que vino a revisar los canalones
de cara al próximo invierno.

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